martes, 31 de marzo de 2020

TÉCNICAS TRADICIONALES DE PREPARACIÓN DEL BARRO




      Dentro de la alfarería popular española tenemos una rica variedad de manifestaciones que nos permiten hacernos una idea de como serían las formas de preparar el barro en las distintas épocas de la evolución del oficio.
  -En las Islas Canarias se ha mantenido una antiquísima tradición alfarera de origen norteafricano. Las alfareras de El Cercado,en la isla de La Gomera, utilizan dos tipos de materias primas: la arena,una especie de ceniza volcánica y el barro,una tierra arcillosa.
Una vez en el alfar se ponen al sol hasta que esté completamente seco. Tanto el barro como la arena se desmoronan machacando con una piedra o un palo. Cuando está bien desmenuzado, se quitan las pequeñas piedras o impurezas que pueda tener.
Se cierne la arena ayudándose con una "zaranda" o "cedazo" y se va añadiendo al barro hasta un 30%
aproximadamente.
El barro se va rociando con agua hasta que esté bien "amorosado" (tierno).
Para amasar se extiende una capa de arena en el suelo y se coloca encima el barro que estaba de remojo. Se le va añadiendo arena según la vaya absorbiendo.
De rodillas y con la pella en el suelo se va sobando,se amasa, se enrolla,se estira, y se vuelve a enrollar hasta que esté bien ligada.
Con esta pasta fabricarán, con la técnica de modelado a mano, la alfarería más primitiva de España.
 - Zarzuela de Jadraque, en la provincia de Guadalajara, podría representar el siguiente paso en la evolución de las técnicas de preparación del barro. Cavando en dos puntos distintos, de un paraje llamado La Majillano, se sacaba tierra "tiesa" y tierra "floja": la primero es más dura, tiene más cuerpo; la segunda es más flexible y porosa. La combinación de ambas daba a la pasta las cualidades precisas para piezas agua o para piezas de fuego.
En Zarzuela no se oreaba la tierra, sino que según venía del campo, se mezclaba en el portal deshaciendo los terrones con la azada, que también ayudaba a combinar bien los dos tipos. A continuación se echaba a calar en la pila, con el agua suficiente para que formase una pasta espesa, sacando de ella,según se iba necesitando, "masas", o bloques de barro, que colocadas sobre la "sobadera" se golpeaban repetidas veces con un sable, la "pala",técnica de gran antigüedad, que se conserva tan sólo en los alfares de Anguita, Siguenza, y en ciertas localidades pirenaicas, amasándolo a continuación con ambas manos, poco antes de pasar al torno más primitivo conservado en Europa.
Estas eran las únicas operaciones preparatorias a que se sometía la tierra. Esta no se orea, ni se muele, ni se cierne, ni se cuela, ni se pisa, simplemente se cala y se soba.
 -Málaga del Fresno fué el único alfar de la provincia de Guadalajara que utilizó el sistema de "coladeros". El "colado" garantizaba la limpieza de la tierra, que jamás se conseguía totalmente por el sistema de detección manual realizado durante el amasado.
En el patio de la casa había tres pilas.Una para recalar, de 1 por 0,50 m. de superficie y 0,50 m. de profundidad; otra para "batir", de 1 por 1,50 m. de superficie y 0,50 m. de profundidad; y una tercera para posar, de 2 por 1,5 m. de superficie y 1 m. de profundidad.
El proceso comenzaba al echar en la pila de calar la tierra con abundante agua, durante veinticuatro horas. Transcurrido este tiempo se mezclaba a azadonazos en la pila de batir, a la que se había trasladado previamente, y se colaba por un cajón cuyo fondo había sido sustituido por una plancha de hojalata agujereada, instrumento que después de la guerra fué reemplazado por un cedazo del número 10. De éste pasaba por un canalillo a la pila de losar que tenía una ranura en el borde, por la que se daba salida al agua superficial sobrante, cuando la tierra se había posado, a fin de aligerar el proceso. En la pila de posar permanecía esta pasta durante veinticuatro horas, y al día siguiente se sacaba y se pisaba para combinar perfectamente la masa.
Es conveniente que el barro, antes de ser utilizado, esté cierto tiempo almacenado; en este tiempo ocurrirán unos procesos de descomposición de los restos orgánicos que la tierra pudiese tener y mejora su plasticidad.
Este proceso de preparación del barro le permitía, a los alfareros de Málaga del Fresno, producir más de 10.000 cántaros anuales antes de 1936, con la ayuda del torno de pié.