miércoles, 10 de enero de 2018

EL VASO DE LOS CABALLOS DE CIADUEÑA

La última campaña de excavaciones arqueológicas en el poblado celtibérico de Ciadueña (Soria) ha permitido recuperar numerosos restos cerámicos y piezas de vajilla completas, en buen estado de conservación, entre ellos los elementos de madera como umbrales de puerta, desconocidos hasta la fecha.

Destaca una gran vasija decorada con un friso de caballos pintados al estilo numantino

Los arqueólogos, que han excavado dos estancias, han localizado una despensa en la que se han hallado apoyos para grandes vasijas de cerámica, y una gran sala central en la que se sitúa un hogar en forma de "U" con trasfuego. 

La intervención ha proporcionado numerosos restos cerámicos y piezas de vajilla completas, como platos, copas, cuencos y ollas de cocina. 

Gran parte del ajuar cerámico encontrado ha sido depositado en el Museo Numantino de Soria para su restauración.

Destaca una gran vasija decorada con un friso de caballos pintados al estilo numantino.

Vasija de los caballos (Ciadueña) / II-I a. C. / Vasija de cerámica con decoración pintada. Alt. 60 cm. Diam max. 60 cm.


Los investigadores que desde el año 2008 trabajan en el yacimiento ‘Las Eras’, un poblado celtibérico ocupado entre los siglos II y I antes de Cristo, ofrecieron una conferencia sobre esta pieza recientemente incorporada a la exposición permanente del Museo Numantino.

Las labores técnicas en el yacimiento arqueológico ‘Las Eras’, en Ciadueña (Barca), un poblado celtibérico en excepcional estado de conservación, comenzaron en el año 2008, cuando la prospección para la redacción del catálogo arqueológico incluido en las Normas Urbanísticas del Municipio de Barca, realizado por la empresa soriana Areco Arqueología S.L., documentó la existencia de un yacimiento de época celtibérica, cuyo emplazamiento se sitúa en un pequeño altozano, que se levanta 30 metros sobre el cauce del río Duero.

Dado el interés del conjunto arqueológico localizado, la Junta de Castilla y León está desarrollando y financiando, a través de la Dirección General de Patrimonio Cultural (41.900 euros hasta el momento, de los que 18.000 corresponden a la campaña de 2015), un proyecto de investigación en este yacimiento, que dirigen los arqueólogos Juan Pedro Benito Batanero, Alberto Sanz Aragonés y Carlos Tabernero.

Ocupación de la ciudad entre los siglos II y I antes de Cristo
La investigación ha descubierto en ‘Las Eras’ estructuras domésticas correspondientes a una pequeña ciudad celtibérica de aproximadamente cinco hectáreas, cuyo origen se sitúa en el siglo II antes de Cristo, excepcionalmente bien conservada en lo excavado. Ello se debe a que la ciudad sufrió un incendio que coció las estructuras de barro de las construcciones.

La ciudad tuvo una muralla circundante construida en tapial, cuyo derrumbe ha quedado marcado por un pequeño terraplén que se asoma sobre el foso en el sector no cultivado, y un foso de grandes dimensiones, de casi 250 metros de longitud y 30 de anchura, en sus lados vulnerables. El abandono precipitado de la ciudad se produjo tras el incendio producido en el siglo I antes de Cristo.

Para los trabajos de documentación los responsables arqueológicos están utilizando “desde sistemas de registro tridimensional, mediante fotogrametría y escáner 3D, hasta sistemas de información geográfica. Se han realizado análisis de paleomagnetismo y carbono-14 para la datación del yacimiento, así como cromatografía de gases para analizar el contenido de las cerámicas encontradas”.

‘Vasija de los caballos’
Gran parte del ajuar cerámico encontrado en el transcurso de las excavaciones ha sido depositado en el Museo Numantino de Soria para su restauración. De entre este material recuperado destaca una gran vasija decorada con un friso de caballos.

La cerámica fue hallada, totalmente fragmentada y con ligeras señales de haber sufrido el fuego, en el interior de una estructura doméstica compleja, que se abandonó por el incendio. Esta estancia conserva una parte importante de su alzado y en ella han podido recuperarse enseres abandonados, como la base de un cesto carbonizado o numerosos recipientes cerámicos, y documentarse las vigas de la techumbre y algún muro de adobe desplomado.

Tras un largo proceso de restauración, la pieza se ha incorporado a las salas de la exposición permanente del Museo Numantino. Se trata de una vasija de almacenaje con una capacidad aproximada de 68 litros, decorada con motivos geométricos de semicírculos concéntricos en su parte alta, frecuentes en la cerámica celtibérica, y un friso de caballos bajo esa banda.

El significado de esta iconografía, aún inédita, se explicó en la conferencia ‘El contexto de la Vasija de los caballos en la ciudad celtibérica de Ciadueña’, que se impartió en el Museo Numantino, a cargo de los investigadores responsables de las excavaciones arqueológicas y los estudios derivados de ellas en el yacimiento ‘Las Eras’: Alberto Sanz Aragonés, Juan Pedro Benito Batanero y Carlos Tabernero Galán.

No hay comentarios:

Publicar un comentario