viernes, 4 de noviembre de 2016

PERFECCIONAR LA TÉCNICA DE TORNEADO

Es el objetivo del segundo nivel del curso de CERÁMICA HISTÓRICA, para ello nos situamos en el momento en el que el torno llegó al centro de la Península Ibérica. En la Segunda Edad del Hierro, con la ayuda de tornos que serían muy parecidos a los que se han conservado en Zarzuela de Jadraque, la cultura celtibérica desarrolló un repertorio que está muy bien representado en nuestra tierra: son piezas con pastas muy depuradas y finas, de colores claros, a veces con engobes, bruñidas, sobre los que desarrollan sus repertorios decorativos con pigmentos elaborados con arcillas ricas en óxidos de hierro y manganeso.

 

Las dos primeras piezas son cuencos procedentes de la necrópolis de San Roque en La Yunta, yacimiento de la provincia de Guadalajara en el que aparecen una gran cantidad de bellas piezas de torno: cráteras , cuencos, urnas, y algunas de las mejores copas.
La siguiente pieza es una urna bitroncocónica encontrada por el Marqués de Cerralbo en la necrópolis de Centenares ( Luzaga), lugar que, según Estrabón y la toponimia, ocuparían los lusones y en el que se halló el Bronce de Luzaga que es uno de los textos escritos mas importantes de la celtiberia.


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