Las cazuelas campaniformes forman parte, junto a vasos y cuencos, del conocido trío cerámico ceremonial de estilo Ciempozuelos que es característico de la fase plena del Calcolítico campaniforme peninsular, y con el que se desarrollaron complejos rituales de comensalidad. Son recipientes bajos y de boca abierta, con una fuerte inflexión en la parte media de la panza y un perfil sinuoso muy marcado. Sus capacidades y tamaños son variados, pero la gran mayoría de recipientes de este tipo se sitúan entre los 20-30 cm. De diámetro y los 7,5-11,5 cm. de altura.
Dadas sus características formales son vasijas ideales para la presentación de alimentos sólidos, como carne o gachas de cereal, en contraste con los vasos campaniformes, más apropiados para el manejo de líquidos, y en concreto cerveza a juzgar por los análisis de contenidos. Los cuencos son los recipientes de menos tamaño del trío, y se utilizaron como medida distribuidora del contenido de ambos, y especialmente de la cazuela, pues, no en vano, es frecuente hallarlos depositados en el interior de ellas en los tríos cerámicos dispuestos como ajuares funerarios de muchas sepulturas de esta etapa.
En algunas ocasiones, estas piezas se recuperan en pequeños túmulos no funerarios, que parecen señalar un lugar especial donde se desarrollaron ceremonias de gran importancia social y ritual, en las que se depositan cerámicas y otros objetos de gran valor, como adornos de oro. Muchas veces las cazuelas se descubren prácticamente completas, aunque rotas en pedazos por los daños ocasionados por roturaciones recientes.
Las piezas que presentamos exhiben una profusa y cuidada decoración impresa, característica del estilo Ciempozuelos meseteño, que no sólo ocupa sendas franjas en el cuello y la panza, separadas por un espacio liso preceptivo, sino que se prolonga por el amplio fondo de la pieza en un complejo y abigarrado esquema ornamental de franjas angulares rellenas de motivos decorativos, así como una pequeña greca en torno al umbo que ocupa el centro geométrico del fondo. La presencia frecuente de ornamentación en los fondos de las cerámicas campaniformes sugiere que esta zona de los recipientes, normalmente oculta en el uso puramente funcional de los mismos, era exhibida o mostrada para poder contemplar tan elaborados diseños, quizás alzándolas ante los asistentes en contextos ceremoniales. La decoración interna, cuando la tiene, se suele disponer junto al borde y tras un espacio liso en la misma línea de inflexión del cuello.
Toda esa compleja ornamentación se ha ejecutado con singular maestría por el autor, lo que nos indica que se trata de una cerámica muy especial, un producto destacado de la alfarería campaniforme, de uso ceremonial, y quizás elaborada ex profeso para esa finalidad ritual conmemorativa que tenían, tanto los yacimientos funerarios como los túmulos donde se recuperaron.
Bibliografía:
- Rafael Garrido Pena. Universidad Autónoma de Madrid
- Manuel Ángel Rojo Guerra. Universidad de Valladolid
- Cristina Tejedor Rodríguez. Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León
- Íñigo García Martínez de Lagrán. DEUI-Gobierno Vasco U.P.V.IE.H.U. (SP). TRACES
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