Las lucernas o antiguas lámparas romanas eran pequeños utensilios, normalmente hechos de terracota, usados por los antiguos romanos y posteriormente por los visigodos para tener luz artificial. Eran alimentadas con aceite de oliva y tenían desde una a una docena de mecha. Algunas tenían asas, por lo que podían ser llevadas de una habitación a otra, y también podían ser llevadas por actores en las obras o por los participantes en actividades rituales.
Las lucernas contenían formas de escenas eróticas, gladiadores, motivos mitológicos o patrones florales. Estas lámparas se hicieron muy populares, ya que se podían coleccionar y eran relativamente baratas. Estas lucernas fueron fabricadas en masa en grandes cantidades, usando moldes en vez de técnicas artesanales. Como resultado de esta manufactura rápida y barata, varios miles de ejemplos pueden admirarse en museos de todo el mundo.
Al depósito de combustible se le denomina Infundibulum. Discus a la cubierta del mismo, que solía tener forma cóncava para permitir un mejor llenado del aceite y estaba generalmente decorado. Rostrum era la extensión del Infundibulum hacia adelante para colocar la mecha o Ellychnium. Al otro lado se encontraba el asa para su transporte o Ansa.
En el curso de cerámica de Luis Larriba, nos acercamos a la creación de estas pequeñas piezas, muy decoradas, pero de fácil creación.
Utilizando moldes previamente elaborados, las distintas partes de la lucerna se montan con cuidado y se retocan hasta que quedan en "dureza de cuero". En este momento se bruñen para sacar todo el brillo de la arcilla y se prepara para darle una cubierta de "tierra sigilata". Ahora la pieza está lista para el horno.
Estas son algunas de las mucha piezas que hemos realizado:
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