En al-Andalus se desarrolló la tradición clásica del estampillado, aunque con unas características muy singulares. La funda-mental de ellas será la aplicación de las estampillas (en árabe jātim o ṭābi‘) sobre piezas torneadas. El trabajo se efectúa sobre el barro fresco, lo que obliga al artesano a trabajar con ejemplares de grosor y tamaños normalmente importantes.
Será con la dinastía almohade cuando el desarrollo de esta técnica decorativa sea mayor. Con anterioridad, la técnica era distinta: hallamos algunas piezas en las que se han realizado diversos motivos geométricos y fitomórficos con pequeños punzones aplicados en la superficie de las piezas, casi siempre antes de que la pieza fuese vidriada. En cambio, los artesanos almohades utilizan la estampilla con profusión a base de bandas que cubren la superficie de las piezas, normal-mente contenedores de considerable tamaño para albergar una cantidad importante de líquidos y sólidos.
No es completamente extraño que la estampilla se combine con la cuerda seca parcial o incluso con el esgrafiado, resultando una mezcla de colores impactante: los cuerpos de color rojo y pajizo y los golletes de color verde o negro/blanco en los que se desarrollan pro-gramas decorativos de carácter epigráfico y vegetal.
Todas las estampillas se aplican sobre un tipo de ataifor con los mismos rasgos. Se trata de un ataifor quebrado, con reborde y pie anular, donde el vidriado al interior es siempre uniforme, verde en la gama que definimos como esmeralda. Al exterior, aunque a veces cuenta con pequeñas lagunas, se aplica por toda la pared, salvo en el umbo del pie anular. La consistencia es muy diferente en este exterior, presentándose muy diluido, y el color es casi siempre verde.
BIBLIOGRAFÍA
- El cuño de estampillar almohade por D. Virgilio Martínez Enamorado (Academia Andaluza de la Historia)
- EL ATAIFOR ESTAMPILLADO ANDALUSÍ. Por Francisco Melero García